MI DIARIO POR SANDRA CASTILLO
Mateo contó a sus padres que Lucas estaba estudiando en el Astoria. Así, el objetivo de mantener nuestro paradero en secreto se complicaba. Los padres de Lucas se presentaron en el colegio con la intención de llevárselo de vuelta a casa.
Pero a estas alturas los lazos que nos unen son ya demasiado fuertes y todos luchamos por permanecer unidos para entender lo que nos pasaba y mantenernos alejados de aquellos que nos persiguen.
Carlitos y Lucía se enteraron de que se iba a celebrar un cumpleaños, el de su vecino Borja Ruano. Carlitos, ilusionado, esperaba con ansias su invitación pero ésta nunca llegó. Su padre Mario hizo todo lo posible porque Carlos se sintiera integrado, a pesar de que Jimena estaba completamente absorbida por la llamada del contacto de Silvestre. Al igual que la invitación de cumpleaños, parecía que nunca llegaba.
Y así unos esperaban y otros nos veíamos sorprendidos por una inesperada noticia: una revisión médica obligada a la clase de Culebra y mía a realizarnos unos análisis de sangre...
Una prueba estupenda para descubrir nuestros poderes a médicos y profesores. Algo había que hacer... Que se volviera invisible o que estallara para solucionar el problema.
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